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Chat General Temas serios, respuestas serias. Temas NO relacionados con carros, mecánica o la modificacion de motores que quieran discutir con seriedad. |
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Este thread fue creado hace 5601 días. Lo mas probable es que el tema ya se haya resuelto y no necesite más discusión. Aunque si todavía crees que es necesario agregar un comentario, puedes hacerlo.
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13-Jul-2009, 12:47 | #1 |
BrUjA
Fecha de Ingreso: 30-March-2009
Mensajes: 1.009
Feedback Score: 2 reviews
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Que buena entrevista ...
Denle una checadita a esta entrevista, muy buena e interesante.
http://www.elperiodico.com.gt/es/200...ortada/106580/
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Ya huele a tormenta, rechinan veletas, mas tú, tú me puedes salvar. Desciendes deprisa, sin paracaídas, en tu escoba a todo gas. "Me gusto mucho, Gracias" |
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13-Jul-2009, 13:14 | #2 |
Iconoclasta Confeso
Fecha de Ingreso: 02-May-2008
Ubicación: En cualquier lugar donde sea requerido
El Pensamiento
Mensajes: 7.731
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Re: Que buena entrevista ...
Se nota que eres cliente frecuente de 'El Periódico', si bien tus threads no son muy populares. Pero, igual, enhorabuena.
Saludos. Suerte. Paz.
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«De todos los conocimientos humanos, el que me parece más útil y menos adelantado es el del hombre». Jean-Jeacques Rousseau, Discurso Sobre el Origen y los Fundamentos de la Desigualdad (1752). |
13-Jul-2009, 13:26 | #3 |
Abarajame la bañera
Fecha de Ingreso: 04-January-2008
Ubicación: Guatemala
Mustang 65
Tiempo: algo de frio
Mensajes: 6.405
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Re: Que buena entrevista ...
Buena!
Como sugerencia a la próxima escribí de que se trata el thread
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13-Jul-2009, 13:28 | #4 |
paniqueando.... :nervios:
Fecha de Ingreso: 03-March-2009
Ubicación: amatitlan
tercel ez '87
Tiempo: bah. no corro
Mensajes: 4.154
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Re: Que buena entrevista ...
..............
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13-Jul-2009, 13:32 | #5 |
SHINIGAMI TAICHO
Fecha de Ingreso: 04-June-2006
Ubicación: big blue
toyota/ corolla 75`
Tiempo: en esper
Mensajes: 14.214
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Re: Que buena entrevista ...
muy buena entrevista
vivir casi toda tu vida fuera de "tu" pais
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13-Jul-2009, 13:38 | #6 |
pankurisimo!
Fecha de Ingreso: 03-July-2008
Ubicación: Guate!!!!
VW Gol 2006
Tiempo: con laaag ...
Mensajes: 14.783
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Re: Que buena entrevista ...
Le d0y copy paste para el que este interesado en leerla buena entrevista...
La escala de colores de Stephen McFarland Su acento no revela su nacionalidad sino sus credenciales. Stephen George McFarland, embajador de Estados Unidos, es un diplomático de 54 años que ha vivido más en Latinoamérica de lo que ha estado en su país. Parecía una escena atípica verlo salir de su embajada y hablar con manifestantes, pero luego lo vimos observando la Huelga de Dolores y semanas después en un Comedor Solidario a la diestra de su homólogo de Cuba. ¿Es un auténtico McFarland o la nueva imagen que quiere proyectar al mundo Estados Unidos? – La respuesta es compleja. Creo que por un lado cualquiera que lea las declaraciones del presidente (Barack) Obama y de la secretaria adjunta (Hillary Clinton) reconocerá que queremos abrirnos más, pero yo no he recibido instrucciones de “quiero que vaya más a este tipo de cosas”. Queremos una nueva relación no sólo con los gobiernos sino con todos los sectores de la sociedad, pero le voy a decir que es algo que a mí me gusta hacer, la iniciativa ha sido mía. Asistió al sepelio de Anthony Josué, el bebé que lo mató una bala perdida. ¿Qué lo motivó? – Lo del niño fue una respuesta a tanta violencia, me parecía tan triste que un niñito haya perecido así, decidí ir simplemente para mostrar que había gente fuera de su familia, fuera de su pueblo que se solidarizaba con él y con su familia. ¿Por qué se interesa? – Por un lado me interesa cómo funcionan las sociedades, cómo se integran sus distintas partes, cómo son sus costumbres y más por eso me interesó ir y observar la Huelga de Dolores. Comparte lo mismo con unos que con otros, ¿qué modeló esa manera de ser? Hábleme de sus orígenes, de su formación. – Primero soy hijo de diplomático. Mis orígenes están en Texas y por varias generaciones mi padre fue el primero en salir del Estado, de hecho mis padres fueron los primeros en tener una educación universitaria de calidad. Viví en Texas en el campo con mis abuelos, llegué a apreciar lo que es ser del campo, mis raíces, agricultores, cowboys (vaqueros), indígenas de la tribu Cherokee que estaban en Georgia, pero que los desplazaron a Oklahoma. Es un pequeño porcentaje, pero que también es parte de mi ascendencia. Quizá también en mi formación militar llegué a apreciar el papel de los subalternos y no sólo el de los oficiales. Qué hay de su recorrido por América Latina, leí que estudió en Perú la secundaria y que estuvo en El Salvador en los años de la guerra. – Sí, aprendí español en Costa Rica y en Perú estudié los años de colegio. Estuve en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay… he repetido mi estadía en varios de estos países, pero en Perú viví 9 años repartidos en las décadas de los setenta, ochenta y noventa. Me marcaron las experiencias de los conflictos internos de El Salvador donde estuve dos veces, y de Perú. Diría que después de Estados Unidos, Perú es el país que más me ha influido quizá porque empecé a conocerlo desde adolescente y porque conocí de cerca una dictadura, la revolución militar de (Juan Francisco) Velasco Alvarado, su reforma agraria, el giro a la izquierda y porque en ese país tuve mi primera enamorada. Una latina, supongo. – No, una gringa. ¿Se llama a sí mismo gringo? – Sí, no me molesta, eso depende del tono de voz con que me lo digan. Su paso por Latinoamérica le permitió hablar un español perfecto, e incluso aprendió guaraní y ahora k’iche’. – Es correcto. Siempre me han interesado los idiomas indígenas, aprendí bastante bien guaraní aunque ya no lo he hablado. Para mí ha sido como una ventana a otra cultura, si bien uno no llega a dominar el idioma, en el intento por aprenderlo se descubren cosas y eso es lo importante. ¿Qué ha descubierto del k’iche’? – Es prematuro decirlo, pero quizás el valor que ponen en las expresiones de respeto o cuando uno se presenta. O al comprar cosas en el mercado como una chamarra, digamos, aprendí cómo intervienen todos los miembros de una familia en su elaboración y es impresionante todo el trabajo que lleva. Todos los idiomas tienen algo interesante. Decía que Perú influyó en usted desde que era un adolescente, ¿qué le tocó vivir para que lo marcara? – En los ochenta, cuando andaba por los 30 años, observé a una de las guerrillas más peligrosas que fue Sendero Luminoso, no admitía trato alguno aunque en una ocasión llegué a hablar con una persona de Sendero Luminoso. Era dura, disciplinada, eso fue lo que más me impactó del proceder de este grupo, su disciplina. ¿Conversaba con frecuencia con estos grupos? – Era por trabajo y sólo con esta persona porque representaba a un grupo de derechos humanos asociado con Sendero Luminoso que tenía que ver con los combatientes. Luego en los noventa estuve en Perú cuando de pronto sucedieron atentados por grupos desconocidos y que después supimos que era un grupo de inteligencia (del Estado). Tenía mis contactos que me informaron de que efectivamente era el servicio de inteligencia dirigido por Vladimiro Montesinos. Mucha gente de mi gobierno no estaba de acuerdo con este informe, pero yo insistí. ¿Por qué no estaban de acuerdo con ese informe? – No era una posición necesariamente del Gobierno. Lo que yo decía entonces es que todo indicaba que ellos eran los responsables y que debía tenerse en cuenta en nuestra relación con el gobierno de (Alberto) Fujimori y el señor Montesinos, que había personas muy molestas con este tipo de información y de lucha interna. A veces la información no es en blanco y negro, hay grises. ¿En El Salvador también encontró escala de grises?¿Qué lo marcó del vecino país? – De nuevo los horrores de la guerra, pero hubo una parte positiva en esta experiencia y fue la capacidad de las partes de analizar la situación y tomar la difícil decisión de pensar más en el futuro que en el pasado. Es muy duro cuando se han perdido seres queridos en un conflicto, por eso me impactó escuchar a la izquierda, al Gobierno y al sector privado dispuestos a negociar seriamente. En 1990 tuve el primer contacto con la guerrilla cuando aún combatían… fue obvio que después del fracaso de la ofensiva final en 1989, de la caída del muro de Berlín y de la derrota de los sandinistas, estaban dispuestos a dialogar. Era como la inercia en el mundo, tenía que darse. – Sí, pero es un ejemplo de que las situaciones se pueden revertir, de que se puede crear una solución más pacífica. En países como Guatemala donde hay tantos problemas, donde hay pobreza, inseguridad, donde hay mucha gente que ha pasado por experiencias horribles de la guerra hay cualquier cantidad de héroes que me gustaría conocer. De hecho conoció a Norma Cruz, usted la postuló para el reconocimiento que recibió de manos de Michelle Obama. – Ella es una historia increíble, una persona que sobrevivió al conflicto armado interno, al acoso y después la trágica situación de su hija. No he conversado con ella en meses, pero me parece que está tratando de apoyar a otras personas que no tienen las facilidades de conseguir justicia. Eso me parece muy loable. Esta es su segunda vez en Guatemala, ¿qué ha cambiado desde entonces? – De lo positivo ahora hay un CAFTA (Tratado de Libre Comercio), hay mejores posibilidades comerciales y económicas que benefician a ambos países. Hay un mayor flujo migratorio hacia Estados Unidos que si bien ha producido algunos problemas también ha arrojado beneficios para Guatemala. Negativo, diría que la inseguridad. El sistema judicial siempre ha tenido sus problemas, pero ahora son más visibles. Me refiero a la impunidad, el corazón de todos los males que afectan a Guatemala, la falta de justicia y el débil Estado de derecho. Usted estuvo en Faluya (Irak), una de las ciudades más violentas, ¿la compararía con Guatemala? – Es otro tipo de violencia, más de guerrilla y con otros fines. Quizá para comparar, algo que aprendí en Irak es que las soluciones a muchos de los problemas que uno encuentra en los pueblos tiene que venir del mismo pueblo. No es suficiente una política nacional, la gente tiene que estar de acuerdo. ¿Cómo ve en Guatemala la relación entre indígenas y mestizos, o ladinos como se definen algunos? – Me parece que es una relación que no se termina de definir, donde existe la percepción de parte de los indígenas de una discriminación. Sin embargo veo que todos los sectores han evolucionado de pensamiento en los últimos 30 años, no es la región que conocí en los años setenta. Un poco más flexibles, tal vez. – Hace 30 años, digamos, los empresarios no habrían pensado en tener una relación con líderes de grupos indígenas, ahora están dispuestos a hacerlo. Hay sectores de la izquierda o agrupaciones campesinas que hace 30 años habrían visto en términos de blanco y negro y ahora aceptan que debe haber un tipo de mercado libre. No digo que culminaran el viaje, pero al menos han avanzado y hay que reconocerlo. A lo largo de la entrevista ha insistido en que las cosas deben verse en escala de colores y no en blanco y negro. Me viene a la mente aquella portada de “elPeriódico” donde usted compartió con su homólogo de Cuba en una mesa de los Comedores Solidarios, ¿aplicó en esa ocasión los matices de los que habla? – El presidente (Álvaro Colom) había invitado al cuerpo diplomático a la inauguración del Comedor Solidario, entre ellos el embajador cubano. No fue nada previamente agendado, pero él y yo fuimos los primeros en seguir al Presidente y a la señora de Colom. Ambos nos invitaron a sentarnos allí y conversamos acerca de la cumbre que se acababa de celebrar en Trinidad y Tobago. ¿Fue un momento incómodo? – No, para nada, tenemos nuestras diferencias reales con Cuba, ahora eso no quiere decir que uno tenga que ser descortés con su representante y menos a nuestros anfitriones. Debía ser diplomático. – Sí, aunque creo que la mejor diplomacia consiste en la franqueza dentro de cierto respeto. ¿Fueron francos en ese momento? – Los dos países tenemos políticas de no entablar conversaciones sustanciales fuera de los canales establecidos que tenemos entre La Habana y Washington, pero podemos ser completamente corteses. En esa mesa conversamos acerca de los distintos discursos en Trinidad, hablamos del discurso del presidente (Daniel) Ortega, del discurso del presidente Obama y de otros. Un día comparte con gente de la elite guatemalteca y otro saluda a sindicalistas, algunos reclaman de usted esa facilidad de movimiento. – Todos son importantes, todos tienen una perspectiva y con todos deberíamos tratar. Así lo he intentado hacer durante mi carrera. Responde un poco a lo que he vivido de niño, de joven, de adulto, como diplomático. ¿En qué piensa cuando habla con alguien relacionado a Sendero Luminoso o se sienta a la mesa con su homólogo de Cuba? – En entender al otro, no necesariamente simpatizar, pero al menos empatizar. En entender qué es lo que motiva al otro, de por qué ve al mundo en esos términos y no simplemente decir “¡es un loco!”, o “¡es un terrorista!”. Hay que entender la perspectiva del otro. |
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