“Sí, Guatemala crece, pero sin derrama social”: Las palabras de la secretaria de Cepal a Giammattei
El presidente Alejandro Giammattei Falla y su consejo de ministros presentaron este jueves 50 metas agrupadas en cinco pilares dentro de la Política General de Gobierno (PGG) para el período 2020-2024.
Por Urías Gamarro
La política pretende operativizar el Plan Nacional de Innovación y Desarrollo (Planid), que fue el programa que se presentó durante la campaña política.
En cada uno de los pilares habrá mediciones, aseguró Keila Gramajo Vílchez, jefa de la Secretaria de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan) en el marco del Plan de Desarrollo K´atun 2032 y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al presentar el marco conceptual de la política pública.
Además, tendrá acompañamiento de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) en la ejecución de los programas alineados al Plan de Desarrollo Integral (PDI) entre Estados Unidos, México, El Salvador y Honduras como instrumentos para atender la migración.
El plan fue presentado al presidente del Congreso, Allan Rodríguez, el presidente de la Corte de Constitucionalidad, Boanerge Mejía, al cuerpo diplomático, representantes de organismos internacionales y representantes del sector privado organizado.
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Queremos trabajar desde ya porque hay muchos desafíos, como reducir la pobreza y es una guía de trabajo. Ayúdennos a implementarlas”, precisó Giammattei, al referirse a las iniciativas que presentarán al Congreso próximamente y una opinión a la Corte de Constitucionalidad, sobre el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que trata sobre las consultas, para brindar certeza jurídica a las potenciales inversiones.
Instrumento de planificación
En el diseño del Planid participó un grupo de la Cepal y a decir de la Secretaria General, Alicia Bárcena Ibarra, los retos para Guatemala exigen resultados inmediatos.
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Es un instrumento que permite territorializar los problemas, para que las personas puedan medir el progreso y puedan tener en sus manos la rendición de cuentas y entiendan que esta política les puede cambiar su vida cotidiana”, expuso.
Comentó que
el Planid está muy vinculado al K’atun, que permite tener una visión a largo plazo, de “los sueños y aspiraciones en Guatemala”.
Bárcena Ibarra declaró que la Cepal identificó cuáles son los retos y le enfatizó a Giammattei que identificó cada uno de estos, que es algo duro y a veces, difícil de admitir.
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Señor presidente, en esto se le puede apoyar. La Cepal siempre le va a decir la verdad. Si la pobreza mejoró o no, eso se lo vamos a decir, al menos con las evidencias que nosotros contamos y créame que con esta propuesta de política de largo plazo, brinda la posibilidad de materializar esas propuestas estratégicas que se han dicho y que son tan relevantes”, declaró la secretaria de Cepal.
Identificación de problemas
En una posición más crítica, pero con un tono realista, Bárcena Ibarra expuso los 10 aspectos que se deben de abordar desde una perspectiva estructural y en cada una de ellas, reflejó las causas y las potenciales soluciones.
La idea es que las prioridades del plan, su metodología y las estrategias puedan tener un impacto.
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La gente no quiere planes, si no resultados, quiere sentirlos en su bolsillo y en su vida diaria”, enfatizó la diplomática.
El primer problema fue que cada año ingresan al mercado laboral cerca de 200 mil jóvenes que buscan empleo, pero la economía solo tiene la capacidad de generar 20 mil puestos, por lo que existe un gran déficit, declaró.
Entonces, dijo,
la brecha de empleos formales en 2018 es de más de tres millones y ahí se exige que se cree empleos productivos.
El segundo reto es la estructura productiva que se concentra en pequeñas y medianas empresas con 80% del universo empresarial, pero estas microempresas solo aportan el 5% del valor agregado, a lo que Bárcena Ibarra, calificó que “generan mucho empleo, pero poca productividad”.
La secretaria de Cepal recomendó generar instrumentos como una Ley de Competencia, cuya ausencia inhibe el crecimiento empresarial, y el ministro de Economía Antonio Malouf tiene el reto de incrementar esta productividad, declaró.
Por otro lado, reconoció la estabilidad macroeconómica y la ordenanza económica, pero reconoció grandes presiones de ajustes fiscales.
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Sí, el país crece, ¡claro que crece!, pero no hay derrama social y esa es la verdad. Este es un país que ha logrado un crecimiento del 3%. Un crecimiento muy sólido que fue más del 0.2% del crecimiento de la región el año pasado y Guatemala siempre ha logrado crecimientos muy importantes, y que mantiene ese crecimiento, obviamente por las remesas y el consumo privado, es lo que está ayudando y está compensado la caída de los precios internacionales de los productos de exportación y el déficit comercial”, enfatizó.
Comentó que el crecimiento potencial de la economía es del 3.5%, pero se está buscando que crezca más de ese porcentaje.
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Entonces, si queremos elevar la economía, hay que elevar la capacidad productiva y se ha identificado la posición geográfica de contar con dos océanos, la alta biodiversidad, y abundantes recursos energéticos y eso es fundamental para generar un potencial más incluyente y generar más condiciones de vida”, sostuvo.
Carga tributaria
Uno de los problemas reiterativos que brindan los organismos internacionales es la carga tributaria.
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La carga tributaria, señor presidente Giammattei, es la gran espada de Damocles, no me ahorquen señores empresarios, pero fíjense ustedes que la carga tributaria se ha reducido en 3 puntos del PIB desde el 2012 que equivale US$2 mil 500 millones menos que el Estado no cuenta, para hacer inversión social y en todos los campos, incluyendo la infraestructura”, remarcó.
“¿Cómo se puede lograr?”, se preguntó la secretaria general de Cepal y dijo que ese organismo no está hablando de incrementar los impuestos, si no de una mayor gestión de la evasión tributaria.
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Hay una evasión tributaria del 5% del PIB, y señor presidente, eso no se puede. Eso se llama la cultura de los privilegios, hay que desmantelar esa evasión y lograr que se revise la renuncia tributaria que puede significar importantes ingresos al país”, reiteró.
Revisar esa renuncia, combatir la evasión, y eso es el corazón de la corrupción en realidad, advirtió.
Subir la inversión pública
En cuanto a la inversión pública destacó que Guatemala cuenta con los niveles más bajos en la región.
Explicó que la inversión de Guatemala representa el 14% del PIB y hay que subirla 13 puntos para llevarla a los 25 puntos del PIB.
Bárcena Ibarra destacó que, en una mirada estratégica, la inversión pública puede apuntalar la producción de bienes y servicios públicos, potencializar la inversión privada y elevar el gasto público social que es el más bajo de la región –es de 7% cuando el promedio es 11%–.
Afirmó que hay estabilidad en el endeudamiento, que es bajo, y que representa el 25% del PIB, una proporción que es razonable y con la que se pueden cerrar brechas.
El sello blanco
Se trata de crear una marca en los productos que establezca en su etiqueta que se beneficia a las poblaciones más vulnerables.
Bárcena Ibarra dijo que el anuncio del sello blanco para la agricultura es importante, ya que la pobreza aumentó entre 2006 y 2014 y sumo dos millones de nuevos pobres.
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Esto no puede ser, ya que hay 59% de pobreza, 70% en el área rural, es algo que se tiene que abordar con urgencia y las desigualdades territoriales y sobre todo en poblaciones indígenas, que tienen tantas desventajas estructurales”, recalcó.
Informó que el sello blanco al PID se puede tomar para una estrategia e iniciativa regional.
Recordó que
la cobertura educativa es clave ya que en los últimos 12 años disminuyó la cobertura de la educación primaria y dijo que se debe de atender con urgencia la desnutrición crónica.
También, en atender a los connacionales que viven en los Estados Unidos y que requieren apoyo.
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Uno del apoyo que los migrantes requieren es a sus familias que están en Guatemala o en El Salvador y esos apoyos pueden venir a partir de la protección social, que les permita pagar su seguridad social, a pagar sus viviendas, es decir de cambiar la narrativa y esta demografía demandante en la generación de empleo, combatir la violencia”, indicó.
También habló sobre los riesgos al cambio climático, como adaptarse a la resiliencia sobre todo a la agricultura.
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Un político se preocupa para la siguiente elección, pero un estadista, para la siguiente generación”, puntualizó.