A un cuate le pasaba lo mismo, contaba que le jalaban las chamarras en la noche y que como a los 2 de la madrugada se levantaba arraladisimo porque escuchaba un murmullo como de alguien riendose, dice que se le iba todo, hasta que una vez escucho que lo llamaban y cuando se voltio había una babosada del tamaño de un niño parada a la par de su cama. Al día siguiente le dijo a su papá que llegara a su cuarto a orar con sus amigos, un amigo del papá le dijo que como él en su trabajo llegaban personas de dudosa procedencia a comprar carros (el trabajaba en una agencia), esas personas andaban con espíritus impuros que se aferraban a las personas con los que ellos se relacionaban.