Esa de los lustradores se volvió clásica, se la hicieron a par de cuates. En mi caso siempre los lustraba en la casa
Quiere ganas trabajar por gusto. Estuve en una agencia de publicidad y el jefe de creativos era bieeeeen buena onda, calidad el doncito barbachivo, cabrón y se había ganado buenos premios en festivales, estuve poco tiempo y me retiré a otro chance. Un día caminando por la sexta avenida me lo encontré y platicamos un rato, me preguntó si aún me apuntaba a freelances y le dije que sí. Nos comunicamos y me pasó unos materiales para trabajar a buen precio y listo. La cosa se complicó y solo modificaciones tras modificaciones que las hacía de noche porque a ley estaba en un trabajo formal con horario fijo pero bueno no se terminaba la onda de que el cliente esto y aquello. En cada vuelta de modificaciones el "
proyecto" se volvía más grande y ya se notaba que me estaba baboseando y ni adelanto de nada había dado.
El mundo es pequeño
y haciendo unas vueltas en el edificio Géminis (en las oficinas) lo vi pasar, lo seguí y entró a una oficina con la puerta abierta así que "
ton ton" toqué la puerta solo por educación y entré de una vez. Era un maldito chiquero y aquel estaba en un rincón con unas cajas viejas, cuando me vio se cagó así con cara de chucho cuando los cachan mordiendo zapatos. Le pregunté qué ondas y ya de cerca me dio lástima
, estaba todo hecho huevo, shuco, y me explicó que no tenía trabajo fijo, ya no trabajaba en publicidad, la estaba pasando mal y tenía necesidad, no le dije ya nada y entendí que trabajando por gusto estaba y que eso no iba a terminar bien. Me despedí amable... y de todos modos me preguntó si todavía le iba a trabajar el material que ya venían las últimas correcciones
la gran qué pelado... ya ni le quise contestar y seguí mi camino sin voltear a ver.