Movida de “el Taquero” evidencia, nuevamente, fragilidad carcelaria
“El Taquero” se coloca en una situación límite: o le dan el control de las cárceles o lo matan, indica el analista Edgar Gutiérrez.
Por: EVELYN BOCHE
La movida que puso en jaque a la CICIG provino del Cuartel Militar Matamoros, donde funciona la cárcel –de máxima seguridad, según presidios– en la que cumple condena Marvin Montiel Marín, alias el Taquero.
Un tuit del comisionado Iván Velásquez, en julio de 2017, en el que advirtió que “
las cárceles en instalaciones militares debían cerrarse”. En septiembre de aquel año, el jefe de la CICIG señaló que en la cárcel de Mariscal Zavala “
hay un grupo que se puede identificar en el Mariscal Zavala, que no son todos (los privados de libertad), que va haciendo una alianza con externos que se sienten más próximos en el radar (para ser investigados) y se van juntando”.
El director general del Sistema Penitenciario, Camilo Morales, indicó que por seguridad de Montiel no puede detallar bajo qué condiciones cumple sentencia de 820 años años de prisión por la matanza de 16 personas en 2008.
La prisión en Matamoros surgió como respuesta al hacinamiento y falta de infraestructura para el resguardo de reclusos de alta peligrosidad. El centro alberga a 33 hombres y 12 mujeres, en su mayoría vinculados con el tráfico de drogas, como el Taquero, Howard Wilfredo Barillas Morales, alias el Mata Z, y el autor intelectual del asesinato de Facundo Cabral, Alejandro Jiménez, alias el Palidejo.
Fuentes informadas
aseguran que el Palidejo tiene un centro de cómputo en Matamoros, desde donde opera sus transacciones en México y Europa. A su servicio tiene chefs, seguridad y todas la viandas imaginables, detalla.
El analista Edgar Gutiérrez señala que
los criminales hacen de los reclusorios centros de operaciones. “Lo hacen los jefes de clicas, no digamos quienes tienen acceso a dinero”, expone.
(...)
VULNERABILIDAD
De ser cierto que tiene esa información del mandatario,“
evidencia la vulnerabilidad de los altos funcionarios y más de la población”, agregó Hernández.
Montiel está demostrando una actitud muy parecida a la de Byron Lima Oliva, a quien se atribuyó el calificativo del recluso más poderoso del país, ya que logró controlar nombramientos en el Sistema Penitenciario, traslados de reclusos a cambio de cobros ilícitos. También se le señaló de financiar partidos políticos con artículos promocionales fabricados en empresas vinculadas, como la cooperativa penitenciaria Torre Fuerte.
Por su formación militar, Lima tenía contactos en las instancias de inteligencia del país. ¿Estas unidades apoyan a el Taquero? Gutiérrez opina que no:
“las “inteligencias” andan en trapos de cucaracha, más se me hace que los narcos tienen infiltradas las estructuras de la Presidencia y de la gente clave del Congreso”, señala.
El chantaje público es la similitud que salta a la vista de Hernández y Gutiérrez. Con sus acciones, el Taquero se coloca en una situación límite: o le dan el control de las cárceles o lo matan, concluye Gutiérrez.
“
La conclusión es que el Ministerio de Gobernación es incapaz de asumir la responsabilidad de dirigir los centros de privación de libertad”.
Iduvina Hernández.