El cómodo aislamiento de Baldetti en Santa Teresa
Las jornadas de la ex Vicepresidenta transcurren sin exabruptos, según reclusas.
Sin sobresaltos han transcurrido los últimos días de reclusión de Roxana Baldetti en la prisión preventiva para mujeres Santa Teresa, aseguran las privadas de libertad que pasan los días un piso abajo del área que se convirtió en una suerte de apartamento para la ex Vicepresidenta.
Un día después de que el Tribunal C de Mayor Riesgo condenó Baldetti a 15 años y seis meses de prisión por asociación ilícita, fraude y tráfico de influencias, una médica del Sistema Penitenciario consignó que presentaba impulsos suicidas. Una evaluación forense determinó que la ex vicemandataria no está deprimida, ni evidencia ideas o un plan para hacerse daño.
Ni llanto ni gritos o alguna situación inusual ha sido percibida por las internas del Barrio 18 que ocupan el área de aislamiento, debajo del espacio asignado a Baldetti. Las únicas veces que ven a la ex Vicepresidenta, relatan, es cuando los guardias de la unidad élite deben trasladarla hacia la Torre de Tribunales, aseguran las mujeres que enfrentan procesos por extorsión, homicidio, asesinato u otros ilícitos.
Al preguntarles si se enteraron sobre las supuestas intenciones suicidas de la exgobernante, una de ellas exclamó con sorna: “¡Nosotras le hacemos el paro!”, y las demás mujeres soltaron una carcajada, mientras se sostenían de la malla galvanizada que aparta a unas 30 pandilleras del Barrio 18 del resto de internas.
Un piso arriba, la ex Vicepresidenta no debe compartir el espacio con nadie más.
Debido a su perfil, se le habilitó el lugar que, se presume, está equipado con microondas, refrigerador y otros enseres.
LA COMIDA DE BALDETTI
En sus días como diputada y luego como vicepresidenta, Baldetti se preciaba de sus destrezas en la cocina, particularmente en la preparación del fiambre.
Pero la cocina ya no parece ser una práctica usual, pues,
cada día llegan guardaespaldas a entregar el desayuno, almuerzo y cena para Baldetti, cuentan los guardias, visitas e internos.
Si no viene de esas manos que le generan confianza, Baldetti no recibe ninguna encomienda,
mucho menos de “el rancho” –la comida que sirve Presidios– comentan en el penal.
¿Quiénes visitan a Baldetti? Sus hijos y su esposo, dice una de las celadoras.
Ellos ingresan por el área administrativa y sin seguir el procedimiento de las personas que, cargadas con voluminosas bolsas de artículos de higiene personal y alimentos, hacen fila para entrar al penal, a veces, durante varias horas.
La ex vicemandataria puede recibir cualquier artículo permitido, indica el vocero de Presidios, Rudy Esquivel. “
Ella tiene de todo ahí adentro, todo lo que le permite el dinero”, señala uno de los visitantes.