[kumulamazumu]

Cuando mi esposa tenía unos 5 años de edad, le paso esta historia, realmente no se recuerda de todos los detalles, pero uniendo detalles con sus dos hermanos que estaban presentes salió este relato:

Ella habían ido a desgranar maíz a la casa de su abuelo, sus dos hermanos y un primo iban también a realizar el trabajo. Una de sus tías tenía un cumpleaños y les dijo que si se apuraran ella les traería pastel y dulces, como todo niño se apresuraron a desgranar el maíz y se quedaron esperando que regresara la tía. Mi suegra que estaba con ellos les dijo: Vámonos para la casa que ya va oscurecer. Ninguno se quería pues sabían que la tía no les guardaría nada de pastel ni de dulces. La mamá medio enojada los dejo y el primo también se quedó. Un rato después que mi suegra se fuera, empezó a oscurecer, ya con los últimos rayos de sol, miraron que una figura venia por un camino que cruzaba un bosque cercano y llegaba a casa, al final del camino había un árbol de mandarina. Los patojos pensaron que era la tía, pues ella había salido con un vestido celeste y un suéter blanco. Por la oscuridad la figura se miraba algo parecido, los patojos se levantaron y corrieron a su encuentro, el único que no corrió fue el hermano mayor que miro que la supuesta tía no caminaba sino flotaba en el aire. Mi esposa corrió por la derecha y el primo por la izquierda, ambos llegaron al mismo tiempo y vieron una mujer de vestido blanco con el pelo negro sucio que le cubría la cara y que estaba flotando. Se quedaron paralizados sin decir o hacer nada. Cuando llego mi cuñado menor, el no miró nada y vio que aquellos dos estaban idos. Mi esposa no se recuerda de nada de eso. Después, el hermano mayor se los llevo para la casa y ninguno comió ese día pastel y dulces.


Más tarde cuento otro.