Burb69
13-Jul-2007, 16:29
Existen ciertas actividades que por sí solas no representan un peligro aparente y todavía las hacemos con mucha tranquilidad. Tal es el caso de la información que compartimos con extraños sin darnos cuenta de que le estamos entregando a cualquiera el material para que posteriormente nos ataquen. Me refiero a la práctica que últimamente se ha tornado muy común principalmente en colegios y escuelas.
A todos los que tenemos niños en edad escolar nos ha tocado recibir invitaciones para ver la exposición de los dibujos de nuestros hijos y supuestas premiaciones que al final de cuentas resulta ser el gancho para vendernos enciclopedias y otro tipo de material didáctico. Lo cierto de esto es que no pasa de ser quizá algo incómodo pero por lo general uno logra quitarse de encima al vendedor, reclamar el supuesto “premio” que nuestro hijo ganó por ser el mejor dibujante y abandonar el lugar.
No quiero con esto acusar a las empresas que se dedican a esto, mucho menos a las editoriales de esto sino que resulta ser un canal de distribución de sus productos que se han ingeniado porque de lo contrario cuesta vender este tipo de material. Lo malo es que para este tipo de campañas reclutan a vendedores de cualquier tipo, sin investigarlos ni comprobar sus respectivas referencias. La información que le sacan a nuestros hijos desde que llegan a los colegios a realizar los concursos de dibujo, como nombre de los padres, direcciones exactas, lugares de trabajo de los mismos, número de miembros de la familia, etc., lamentablemente después puede ser utilizada por cualquier persona para realizar extorsiones, robos a las viviendas y cualquier otro tipo de crimen que se les ocurra.
El miércoles de esta semana se entraron los ladrones a la casa de mi vecino aprovechando que no había nadie en casa y le robaron pertenencias valiosas. Hace 1 mes aproximadamente se intentaron entrar a mi casa a una hora que no se encontraba nadie en casa. Después de sucedido el evento con mi vecino me acerqué a hablarle para indagar sobre como había sucedido el hecho y para mi sorpresa me informó que las personas que se habían entrado a su casa preguntaron por mí en la garita. Tenían mi nombre exacto, el número exacto de la casa por lo que los policías lo dejaron entrar.
Me preocupó mucho la situación y con mi esposa nos pusimos a pensar quién podría tener toda nuestra información y no teníamos idea de quién podría ser. Averiguando con vecinos, una señora que ese mismo día vio a las personas antes de meterse a la casa del vecino nos comentó que al verlos tocar en varias casas, ella les pregunto a quién buscaban para ver si los ayudaba, y estas personas les dijeron que eran vendedores de enciclopedias, específicamente de la Editorial Océano, que no pensara mal. Y por la vestimenta de las personas le pareció lógico aparte de que le mostraron los libros.
Atando cabos, hace aproximadamente 2 meses nos habían invitado de esta editorial a una de estas premiaciones en la que supuestamente mi hijo se había ganado una calculadora científica y parte de los requisitos que le pidieron a mi hijo para entregarle el premio era llenar una ficha en donde puso todos los datos de él y de sus padres. De ahí que preguntaron por mí y tenían mis datos.
No estoy acusando a las editoriales pero estoy seguro que muchos de sus vendedores son tercerizados por lo que no creo que los investiguen y estas personas de seguro además de vender se echan sus “extras” que uno o sus hijos inocentemente ha entregado.
Por favor hagan circular este mail entre sus amistades y familiares porque esta práctica es muy común ahora en los colegios, NO HAY QUE DAR NINGUNA INFORMACION A NADIE, ya sea por promoción, por un sorteo, por lo que sea.
Los colegios no debieran permitir estas prácticas que lamentablemente son aprovechadas por personas mañosas para hacer sus fechorías a espaldas, esperemos, de las compañías a las que representan
Este tipo de práctica se llama INGENIERIA SOCIAL que es la misma táctica que usan los hackers para violar sistemas informáticos
No nos dejemos engañas más, esta práctica está empezando y en la medida que estemos informados no caeremos en lo mismo
A todos los que tenemos niños en edad escolar nos ha tocado recibir invitaciones para ver la exposición de los dibujos de nuestros hijos y supuestas premiaciones que al final de cuentas resulta ser el gancho para vendernos enciclopedias y otro tipo de material didáctico. Lo cierto de esto es que no pasa de ser quizá algo incómodo pero por lo general uno logra quitarse de encima al vendedor, reclamar el supuesto “premio” que nuestro hijo ganó por ser el mejor dibujante y abandonar el lugar.
No quiero con esto acusar a las empresas que se dedican a esto, mucho menos a las editoriales de esto sino que resulta ser un canal de distribución de sus productos que se han ingeniado porque de lo contrario cuesta vender este tipo de material. Lo malo es que para este tipo de campañas reclutan a vendedores de cualquier tipo, sin investigarlos ni comprobar sus respectivas referencias. La información que le sacan a nuestros hijos desde que llegan a los colegios a realizar los concursos de dibujo, como nombre de los padres, direcciones exactas, lugares de trabajo de los mismos, número de miembros de la familia, etc., lamentablemente después puede ser utilizada por cualquier persona para realizar extorsiones, robos a las viviendas y cualquier otro tipo de crimen que se les ocurra.
El miércoles de esta semana se entraron los ladrones a la casa de mi vecino aprovechando que no había nadie en casa y le robaron pertenencias valiosas. Hace 1 mes aproximadamente se intentaron entrar a mi casa a una hora que no se encontraba nadie en casa. Después de sucedido el evento con mi vecino me acerqué a hablarle para indagar sobre como había sucedido el hecho y para mi sorpresa me informó que las personas que se habían entrado a su casa preguntaron por mí en la garita. Tenían mi nombre exacto, el número exacto de la casa por lo que los policías lo dejaron entrar.
Me preocupó mucho la situación y con mi esposa nos pusimos a pensar quién podría tener toda nuestra información y no teníamos idea de quién podría ser. Averiguando con vecinos, una señora que ese mismo día vio a las personas antes de meterse a la casa del vecino nos comentó que al verlos tocar en varias casas, ella les pregunto a quién buscaban para ver si los ayudaba, y estas personas les dijeron que eran vendedores de enciclopedias, específicamente de la Editorial Océano, que no pensara mal. Y por la vestimenta de las personas le pareció lógico aparte de que le mostraron los libros.
Atando cabos, hace aproximadamente 2 meses nos habían invitado de esta editorial a una de estas premiaciones en la que supuestamente mi hijo se había ganado una calculadora científica y parte de los requisitos que le pidieron a mi hijo para entregarle el premio era llenar una ficha en donde puso todos los datos de él y de sus padres. De ahí que preguntaron por mí y tenían mis datos.
No estoy acusando a las editoriales pero estoy seguro que muchos de sus vendedores son tercerizados por lo que no creo que los investiguen y estas personas de seguro además de vender se echan sus “extras” que uno o sus hijos inocentemente ha entregado.
Por favor hagan circular este mail entre sus amistades y familiares porque esta práctica es muy común ahora en los colegios, NO HAY QUE DAR NINGUNA INFORMACION A NADIE, ya sea por promoción, por un sorteo, por lo que sea.
Los colegios no debieran permitir estas prácticas que lamentablemente son aprovechadas por personas mañosas para hacer sus fechorías a espaldas, esperemos, de las compañías a las que representan
Este tipo de práctica se llama INGENIERIA SOCIAL que es la misma táctica que usan los hackers para violar sistemas informáticos
No nos dejemos engañas más, esta práctica está empezando y en la medida que estemos informados no caeremos en lo mismo