PDA

Ver la Versión Completa : La Odisea Del Ascenso En Motocicleta


willcool
30-Jan-2009, 16:14
LA ODISEA DEL ASCENSO EN MOTOCICLETA
A TODOS SANTOS CUCHUMATÁN,
EN DICIEMBRE DE 1975

http://www.moti7.com/image/varios%202009/10.jpg
ESCRITA POR:
MANUEL HUMBERTO HERNANDEZ VALENZUELA Y
RODOLFO DESTARAC SAENZ
COMO HOMENAJE PÓSTUMO A LA MEMORIA DE
TEODORO RUDEKE VILLATORO
Guatemala, Diciembre 31, 2008
Protagonistas:
TEODORO ( Teddy ) RUDEKE ( QEPD )Honda 175
GUILLERMO CONTRERAS Bultaco 350
RODOLFO ( Chino ) DESTARAC SAENZ Montesa 250 E mail: [email protected]
MANUEL HERNANDEZ Yamaha 175 E mail: [email protected]
VICTOR ( Chirula )DURÁN Bultaco alpina 350


DEDICATORIA
Dedicamos esta narración a la memoria de Teodoro Rudeke Villatoro, quien fue integrante del grupo que ascendió a Todos Santos Cuchumatán, en Diciembre de 1975.
Teodoro Rudeke Villatoro, al que cariñosamente llamábamos Teddy, nació en Guatemala el 6 de Octubre de 1942, habiéndose graduado de Bachiller en Ciencias y Letras en el Colegio la Preparatoria, en Octubre de 1959.
Teddy dejó de existir un 9 de Septiembre del año 2007, pero para los que fuimos sus amigos y sus familiares, seguirá viviendo en nuestros corazones.
http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/9.JPG


PRESENTACIÓN
El presente documento narra la histórica travesía realizada hace 33 años en diciembre de 1975, por un grupo de amigos aficionados al motoenduro y a las aventuras relacionadas con la naturaleza, los paisajes naturales y con poblaciones pintorescas de difícil acceso y de retos ante lo desconocido, ayudados siempre por la mano de Dios, la buena suerte y el motivante deseo por encontrarse con situaciones inesperadas.
Esta narración no es más que una muestra de las tantas aventuras que en la década de los 70´s realizábamos algunos de los aficionados al todo terreno en motocicletas, que eventualmente se planificaban en los convivios sociales y fiestecitas que frecuentemente realizábamos, ya sea en restaurantes, bares, o sencillamente en la casa de cualquiera de los que nos unía el deseo de compartir en lo social y en las aventuras, principalmente en las carreteras de terracería, o en veredas con algún grado de dificultad.
Para el caso de esta narración relacionada con el ascenso a los Cuchumatanes, llevada a cabo los días 28, 29,30 y 31 diciembre de 1975, los personajes de esta historia son los que aparecen en la foto. De izquierda a derecha Manuel Hernández Valenzuela, Rodolfo Destarac Sáenz, Víctor Durán Samaruco, Teddy Rudeke (QEPD) y Guillermo Contreras Barrios, respectivamente.
Manuel Hernández viajaba en una Yamaha 175, modelo 1973; Rodolfo Destarac, en una Montesa H-6 250, modelo 1975; Víctor Durán, en su Bultaco Alpina 350, modelo 1974; Teddy Rudeke (QEPD), en una Honda 175, de modelo desconocido y finalmente Willy Contreras en otra Bultaco Alpina 350 modelo 1974.
De todas estas motos, las más versátiles y apropiadas para el viaje realizado eran las Bultaco 350 Alpina, debido a que tenían un peso adecuado y un torque excelente para los ascensos en terrenos difíciles. Este tipo de motos eran un tipo intermedio entre las motos de Trial y las de Motocross. En dicha época en Guatemala estaban disponibles las Montesas, las Bultacos y las Osas, todas fabricadas en España. La japonecitas aún eran desconocidas en Guatemala.

Caracterización de Huehuetenango
Es importante mencionar que el Departamento de Huehuetenango al año 2002, según el INE (Instituto Nacional de Estadística) tenía una población 846,544 habitantes. Dicho departamento se encuentra situado en la Región VII-Noroccidente, su cabecera departamental es Huehuetenango, limita al Norte y Oeste con la República de México; al Sur con los departamentos de San Marcos, Quetzaltenango y Totonicapán; al Este con el Departamento de Quiché. El departamento de Huehuetenango se compone de 31 Municipios y cuenta con una extensión territorial de 7,400 Kilómetros Cuadrados. La cabecera departamental está situada a 1,902 metros (6,239 pies) sobre el nivel del mar. Su topografía es muy montañosa, con montañas que exceden los 3 mil metros de elevación (9,840 pies) sobre el nivel del mar, y también dispone de tierras bajas que descienden hasta unos 300 metros sobre el nivel del mar. Su clima es muy variado pero en las partes altas prevalece el clima frío. Los idiomas que se hablan son: el Español, el Mam, Teko, Awacateko, Akateco, Chuj, Popti´y el Q´anjob´al.
En lo que respecta a Todos Santos Cuchumatán, objetivo de nuestro viaje, la población, según el censo del 2002, era de 26,118 habitantes, con 7,179 viviendas en todo el Municipio. El mismo está ubicado a 316 kilómetros de la ciudad capital y a 46 kilómetros de la cabecera departamental. La altitud promedio es de 2,500 metros sobre el nivel del mar (8,200 pies). Las temperaturas en los meses de Diciembre y Enero descienden hasta los 5 grados bajo cero.
Cuchumatán significa en idioma Man “Congregación o reunión por la fuerza, proviene de los vocablos Kuchu, reunión o congregación del verbo (kuchuj) y de matán, modo adverbial que expresa por la fuerza; dando la idea que las montañas fueron reunidas por la fuerza. El profesor mexicano Marco Becerra, en su obra “Nombres Geográficos Indígenas del Estado de Chiapas”, afirma que el nombre pluralizado de la sierra, Cuchumatanes, viene de dos pueblos del departamento, San Martín Cuchumatán y Todos Santos Cuchumatán.”


LA TRAVESÍA

Primer Día:
Se inició nuestro emocionante viaje el día 28 de diciembre de 1975, juntándonos en la casa de Rodolfo Destarac, ubicada en la zona 9, al filo de las 10 de la mañana para conversar sobre los detalles de la ruta que seguiríamos para llegar ese mismo día a dormir en la ciudad de Huehuetenango y de ahí partir al día siguiente hacia el ascenso a los Cuchumatanes, parar en el Mirador y almorzar al filo de las 2 ó 3 de la tarde en Todos Santos Cuchumatán y posteriormente retornar a Huehuetenango.
http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/8.JPG
http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/2.JPG
Partiendo de la casa de Rodolfo Destarac nos dirigimos por la ruta de Los Altos hacia Chimaltenango, cruzando posteriormente a la derecha buscando San Martín Jilotepeque para llegar al Quiché, siguiendo hacia Chichicastenango, Sacapulas, pasando por Río Negro o Chixoy. A la población de Chixoy llegamos al filo de las 7 de la noche, donde había una caseta de camionetas, en la cual vendían gaseosas, licores y panes con queso y frijoles, así como comida chatarra. En dicho lugar saciamos nuestra sed, primero con refrescos y luego con algo más fuerte para aguantar los fríos, la lluvia y para calentar nuestros motores internos y auto motivarnos para emprender el viaje en la negra noche buscando llegar a la cabecera departamental de Huehuetenango. Aquí se da la situación de que Manuel Hernández había dejado olvidada su mochila y ya habíamos transitado cerca de 45 minutos, nos vimos en la necesidad de retornar a la parada de camionetas a recoger la bendita mochila, que gracias a ella nos salvó la vida, según se narrará más adelante, por el contenido que en ella había. Finalmente al filo de las 11 de la noche llegamos a la ciudad de Huehuetenango, agotados, mojados, empolvados, etc. Es importante resaltar que en aquella época la mayoría de los caminos eran balastrados.
Recuerdo que en Huehuetenango, por la hora nos costó conseguir alojamiento que fuera limpio, bonito, barato y donde pudiéramos guardar las motos con seguridad.

http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/3.JPG



Segundo Día por la mañana:
Muy de mañana, lavamos las motos, chequeamos aceites, llantas, etc., posteriormente las fuleamos, desayunamos en el hotelito y nos enfilamos hacia el Mirador de los Cuchumatanes. Por ser el mes de Diciembre había bastante frío y recuerdo que todos usábamos regulares chumpas y bufandas para protegernos de las inclemencias del frío. Enfilando a hacia Todos Santos, pasamos a Chiantla, pueblito muy pintoresco donde nuevamente abastecimos las motos con gasolina y Manuel Hernández ingresó a una tienda típica del lugar donde compró 6 jugos Kern´s, algunas galletas de soda y dos latas de Spam, para calmar el hambre en su oportunidad.

Recuerdo haber observado los preciosos paisajes en la región de los Cuchumatanes, haber divisado extensas campiñas con ovejitas de diversos colores pastando plácidamente, adornado con su tranquilad los paisajes de esas alturas y del mes de Diciembre en particular.
Posteriormente paramos ante un bar de tercera categoría que en buen chapín significa “Cantina”, donde volvimos a calentar motores internos, al rapidol y al paraguay, con boquitas de jocote verde, sal y limón. Esto para tener fuerzas y llegar hasta Todo Santos, al filo de las 2 ó 3 de la tarde, como ya se tenía planificado Después de dichas distracciones y calentamientos, tomamos el camino que nos llevaría a la población de Todo Santos Cuchumatán.
A continuación algunos detalles de las paradas técnicas antes de llegar a Todos Santos Cuchumatán.
http://www.moti7.com/image/varios%202009/Cuchumatanes%201975%20Untitled-2.jpg

http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/5.JPG
Descansando el el mirador: Rodolfo, Victor y Teddy

El Mirador Juan Diéguez Olaverri, es muy visitado por turistas locales y extranjeros, ya que desde una altitud aproximada de 3,300 metros sobre el nivel del mar, puede admirarse El Valle De Huehuetenango, así como los Volcanes: Tacaná, Tajumulco, Santa María y Atitlán.http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/4.JPG
Descansando en una callecita de Chiantla

Segundo Día por la tarde:
Llegamos según lo programado al filo de las 2 de la tarde y lo simpático del caso fué que creamos una gran expectación entre la población que salió a nuestro encuentro, como si fuéramos seres extraterrestres. Se creó una gran algarabía y los patojos lugareños se acercaban a nosotros y tocaban con asombro las motos y las mochilas. Víctor Durán, que iba con un traje de la infantería del Ejército Francés, con colores muy vistosos, era el que más atracción despertaba en los lugareños.

http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/6.JPG
Recuerdo que ingresamos a un Restaurante-Comedor que estaba en lo alto en Todosantos y nos sentamos primero a descansar, refrescarnos y comer para agarrar fuerzas y continuar nuestra travesía planificada, para llegar por la noche a la población de Santiago Atitán.
En dicho restaurante-comedor nos fué a saludar un señor que era sordomudo, de nombre “Agapito”, quien ya tenía sus tragos entre pecho y espalda y era el líder informal del pueblo, nos retó a realizar la prueba de tomarse un octavo de Indita sin parar y sin respirar. Espontáneamente Víctor Durán “a la fuerza”, para honrar la representitavidad de los enduristas capitalinos, aceptó el reto de Agapito y ante la mirada embobada de la población ahí reunida, se tomó tres octavos bajo la modalidad ya señalada, hasta que Agapito cayó por la ley de la gravedad….. la gravedad de tanto alcohol. Víctor Durán se quedó surumbo, parlando en italiano, su lengua materna, pero feliz de ser el vencedor de la prueba.
http://www.moti7.com/image/varios%202009/Cuchumatanes%201975%20Untitled-3.jpg
Víctor arengando al pueblo

http://www.moti7.com/image/varios%202009/Cuchumatanes%201975%20Untitled-4.jpg
Víctor y Agapito en un “Hasta ver a Dios”

Acto seguido almorzamos y posteriormente seguimos la ruta planificada, que era llegar a la cima de los Cuchumatanes y viajar hacia la población San Juan Atitán, buscando acercarnos a la carretera asfaltada para posteriormente trasladarnos a la cabecera departamental o según el tiempo disponible tomar atajos para acercarnos a Quetzaltenango.
Todo transcurría muy bien, hasta que en una vuelta y por el exceso de velocidad Víctor Durán se resbaló y se cayó de su Alpina 350, habiéndose lastimado seriamente la pierna derecha. Medio lo revivimos y seguimos el viaje hasta llegar a un río donde la corriente era fuerte y había mucha piedra, por lo que tuvimos serias dificultades para pasar cada uno de nosotros, con la respectiva moto.
En esta etapa hubo que ayudar a Víctor Durán a pasarlo a él y luego a su motocicleta al otro lado del río, aclarando que dicha persona en ese momento tenía un peso de 230 libras, más el peso de tres inditas…….

Segundo día por la noche:
En el proceso anterior estuvimos entre las cuatro y seis de la tarde. Por ser el mes de diciembre, en esos lares oscurece tempranamente y tuvimos que acampar donde encontramos un terreno no tan inclinado para pernoctar, sin carpa, sin sleepingbag, sin frazadas, sin almohadas, sin comida, sin agua, y lo más importante: sin trago. El trago en esta difícil situación hubiera sido bienvenido y nos hubiéramos olvidado del slogan publicitario hipócrita de que “este producto es dañino para la salud”. Como diría el filósofo: “eso depende de las circunstancias……..”
La mayor parte de los muchachos se sentaron a descansar, debido al agotamiento que habíamos sufrido al pasar por el río y ascender al terreno donde pernoctamos. A este momento la obscuridad era total y el frío y el viento eran inclementes. Calculamos que la temperatura estaba a unos 3 grados bajo cero.
Willy Contreras con sus experiencias de “Boy Scout” y Manuel Hernández, que no paso de “Lobato”, con sus encendedores de butano, marca Cricket de Gillette, que había traído de San Salvador, donde residía, ayudaron muchísimo a alumbrarnos, para ubicar árboles de corteza gruesa que nos sirvieran de leña y lo más importante que prendiera fuego la corteza. También con las motos arrancadas nos alumbramos unas buenas horas, mientras conseguíamos la leña para armar la respectiva fogata. El problema era que toda la corteza y ramas que lográbamos conseguir estaban empapadas de agua por el sereno y el ambiente lluvioso de la zona.
Se logró armar y encender una fogata y esto nos dió mucha esperanza de sobrevivencia, pero el problema era el conseguir corteza de árboles y ramas para que no se extinguiera la fogata. Esta actividad la cubrieron willy y Manuel, ya que el resto estaban agotados.
Teddy Rudeke, empezó a sentirse muy mal, a vomitar, porque le dió lo que se conoce como “Mal de Montaña”; en varias ocasiones perdió el conocimiento y el problema era que no teníamos ni siquiera agua para suministrarle. En la famosa mochilita de Manuel Hernández quedaban dos latas de Spam, que se pusieron en la fogata para calentarlas, con el problema de que estallaron (inexpertos en temas terroristas), sintiéndose inmediatamente un olor poco agradable, pero la necesidad y el hambre nos hizo olvidarlo y comer el famoso SPAM. Rodolfo se encargó de darle ánimos a los enfermos y heridos, esperando un pronto amanecer. Al lado de la fogata, espalda con espalda, a duras penas metíamos las botas empapadas dentro del fuego para que se secaran y así obtener un poco de calor, dado que la temperatura estimamos estaba a 3 grados centígrados bajo cero. Se llegaba a tal extremo, de que salía humo de las botas y no sentíamos el calor del fuego. Así pasamos toda la noche, titiritando de frío, temblando de hambre (aficionados momentáneamente al fakirismo), con una sed terrible y preocupados siempre de que la fogata no se extinguiera. Sólo la mano protectora de Dios nos salvó la vida, no hay otra explicación.

Tercer día por la mañana:
Serían alrededor de las 6 o 7 de la mañana, cuando un campesino de la zona, vestido con su traje característico que incluye un faldón de lana gruesa color café, piernas destapadas y unos caites que son orgullo de la marca GoodYear por la gruesa labor de sus suelas y el respectivo sombrero de petate, jalando dos caballos color azabache muy peludos, acercándose a nosotros nos saludó diciendo asombrado lo siguiente: ¿ y aquí pasaron toda la noche?, nosotros respondimos que sí y entonces él exclamó: ¡Ay tatite… te pudiste haber muerte!
Dicho campesino nos señaló la ruta a seguir, ya que estábamos como dice el dicho chapín, más perdidos que el hijo de la llorona. Acampamos exactamente en el lugar más alto de los Cuchumatanes, y esto lo corroboramos cuando empezamos a descender, donde encontramos un letrero que decía: “ESTE ES EL LUGAR MAS ALTO DE LOS CUCHUMATANES”. Acto seguido nos acercamos a las motos y nos dimos cuenta que estaban totalmente cubiertas de hielo, con un espesor de 3 a 4 milímetros, a lo que procedimos a romper dicho hielo con los guantes puestos por supuesto y a tratar de arrancarlas.
Exhaustos, desvelados, hambrientos y sedientos procedimos a descender por veredas buscando llegar a San Juan Atitán.
En el transcurso de este descenso, como a las diez de la mañana, a lo lejos divisamos el humo esperanzador que salía de la chimenea de una choza típica de la región, aceleramos el descenso en lo posible, ya que veníamos en primera velocidad, frenando al máximo por lo empinado de la topografía del lugar. Sentíamos que no llegábamos, que la chocita era un espejismo cual de beduinos sedientos en el desierto. Al fin llegamos al -restaurante improvisado- donde nos ofrecieron huevos criollos revueltos, fríjoles de grano grande color blanco, tortillas de maíz y café de cereal, lo cual constituyó para nosotros un verdadero banquete.
Recuerdo que el propietario de la chocita-restaurante, agotó todas sus reservas alimenticias de un mes, según sus propias palabras.
Ya satisfechos y bien comidos seguimos nuestro descenso a San Rafael Patzán, buscando la carretera Panamericana, para más adelante desviarnos hacia la ciudad de Quetzaltenango.
Debido a lo largo de trayecto y a que la Yamaha 175 de Manuel Hernández se utilizó para alumbrarnos durante la noche y además se le extrajo un poco de gasolina para encender la fogata, lo cual ocasionó que la misma se quedara sin gasolina, pero ya muy cerca de la carretera Panamericana y tuvo que ser jalada mediante un lazo por la moto de el Chino Destarac. Es importante relatar que la Montesa 250 de Rodolfo Destarac, que para ese viaje casi la estaba estrenando, sufrió serios rayones en el escape, ya que el mismo sobresalía demasiado y constantemente rozaba con las piedras que se encontraban en las laderas del camino.
Al poco tiempo, localizamos una gasolinera donde fuleamos todas las motos, calibramos llantas y medio nos refrescamos con unas gallardos bien frígidas, con su calderón de la barcarola y las respectivas bocamangas del lugar, incluyendo jocotes verdes y el limón criollo con su respectivo cloruro de sodio.
Continuamos la travesía hacia Quetzaltenango, habiendo hecho una etapa técnica en Salcajá (famoso por su caldo de frutas y rompope), a donde estábamos llegando alrededor de las cuatro de la tarde. Seguimos la travesía hacia Quetzaltenango, donde finalmente alrededor de las cinco de la tarde nos estábamos alojando en el Hotel “Del Campo”. Dicho hotel era de un chino, por lo cual pusimos al chino Destarac a efectuar las negociaciones del caso, sabedores de que Chino no frunce Chino…… . Donde lo primero que hicimos después de alojarnos y pagar anticipada una noche, dada la traza que teníamos, no nos aceptaron tarjetas de crédito, es decir en ese momento éramos no sujetos al dinero plástico.



Tercer día por la noche:
En el Hotel del Campo se mostraron muy colaboradores y nos dieron un excelente servicio en cualquier solicitud que hiciéramos, tal como servicio de bar en los cuartos, entradas, ceviches y sándwiches. Ya bien bañados y cambiados nos sentíamos con harto derecho de comentar todas las incidencias, anécdotas y por menores de la travesía hacia los Cuchumatanes. Me imagino que Jaime Viñals, gran escalador guatemalteco, lo que más disfruta no es sólo ascender a la parte más alta de un volcán, sino intercambiar cometarios y vivencias con sus acompañantes y los respectivos sherpas, sobre todo lo acontecido en una aventura como lo es conquistar una cima. Esto mismo lo experimentamos nosotros, como conclusión de nuestra travesía a Todos Santos Cuchumatán.
Hicimos tal bulla en el hotel, que todos los huéspedes se enteraron de nuestro viaje, los detalles, aventuras, etc., y nos consideraban cual héroes nacionales.
Aparte de todo lo comido y bebido dentro de los cuartos, pasamos al comedor del Hotel a cenar formalmente, ya que nos sentíamos con derecho a comer y beber para recuperar los déficits alimentarios experimentados en la travesía.



Cuarto día por la mañana:
Al día siguiente Willy Contreras, Teddy Rudeke y Manuel Hernández, salieron a las 5 de la mañana vía Los Altos, para llegar a Guatemala el 31 de Diciembre y estar con sus familias por la tarde, para festejar el Año Nuevo.
Tanto Víctor Durán como Rodolfo Destarac, se levantaron tarde, desayunaron como romanos y retornaron por la ruta hacia Mazatenango, donde entraron al filo de las 8 de la noche para decir presente a sus familiares, que los esperaban ansiosamente con los brazos abiertos y con muchas preguntas por hacerles, antes de festejar las 12 de la noche del Año Nuevo
Así se terminó la Odisea del Ascenso en Motocicleta a Todos Santos Cuchumatán, en Diciembre de 1975 del grupo que se organizó para tal tarea, se logró el objetivo trazado, nos hicimos más amigos, ahora como grupo le decimos a Teddy Rudeke, el compañero ausente: “Aquí en Guatemala hay muchas manos saludándote y voces diciéndote: hasta pronto hermano……”

http://www.moti7.com/image/varios%202008/Copia%20de%20Teddy%20Rudeke%20Cuchumatanes%201975/7.JPG
File: La Guatemala que Vivimos Odisea de Todos los Santos Huehuetenango 1975. 30/12/2008

chepe GSR
30-Jan-2009, 16:24
ahi la leo despues.

ahora hagamos ese ascenso nosotros como club

sdflksjafd

bambam
30-Jan-2009, 16:38
Que buena historia de gente de aqui mano la leere despues jajaja..

snaker
30-Jan-2009, 21:17
que deahuevo pero tengo sueño el domingo la leo se ve que es muy interesante

McKain
30-Jan-2009, 22:20
:sustopop: woow, que chilero :ok: esas imagenes hablan por si solas.

me dio risa lo de 'agapito' jajajaja :birra: el y su "hasta ver a cristo"
jajajaj

que buena historia, me agrada la idea de documentar las cosas :)

para que despues otras personas lo lean y les sirva como base o inspiracion para hacer sus propias cosas :rockon: ahora quiero ascender yo tambien jajajaja
como dijo chepe b12 :birra:

buenas noches TEAM

lomz
03-Feb-2009, 22:29
hay que planificar algo por el estilo.