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Cuando estaba de empleado, me faltaban 400 pesos para ajustar para los gastos de la casa mensuales. Ahí empece a hacer pequeños trabajos. Lo que hacia con mi mujer era que le daba el gasto de la quincena y si quedaba algo lo guardábamos. En realidad era muy poco lo que quedaba.

Después renuncie y me dedique a lo propio. Y siempre hacemos lo mismo de apartar la quincena. Ahora que queda algo, lo invierto en el negocio porque cuando me quedo con efectivo me gasto esa mierda. De lo que me entra ahora, podría decir que queda libre ya algo bonito. Ya no pasa uno con la pena de que el pisto no alcanza. Pero eso de estar trabajando para otro, en mi caso, si era una mierda porque pasaba bien pizado de plata siempre.