La trama furtiva de un imbécil
Por: Jose Rubén Zamora
Como resultado de su ignorancia enciclopédica, como bien diría el recordado erudito Jorge Skinner-Klee, y su cobardía sin límites, el próximo lunes el imbécil de Jimmy Morales, sin entender, medir, ni comprender las consecuencias, firmará con Trump el convenio para que Guatemala sea el “tercer socio seguro” de Estados Unidos de Norteamérica, mientras que con ironía, el último reporte del Departamento de Estado del imperio asegura que Guatemala es muy insegura.
Esta decisión absurda transformará a Guatemala en uno de los mayores y más precarios campos de concentración de la historia de la humanidad. Para preservar su impunidad, James Morales, quien cambió de nombre debido a su severo complejo de inferioridad por el de Jimmy, negocia un acuerdo clandestino con la administración Trump y pretende firmar un acuerdo injustificable para convertir a Guatemala en un laberinto perfecto para todos los indocumentados: es decir en un callejón sin salida; un cementerio de muertos de hambre, de una mala madre de nombre Guatemala, que además, sirva de tumba hostil para muchos de los millones de seres humanos, sentenciados a ser indocumentados, pues sus países han sido incapaces de responder a sus legítimos sueños, esperanzas y expectativas.
Morales será responsable el lunes de delitos de ocultamiento y de lesa patria, pues en un evidente abuso y exceso de poder, no ha informado al Congreso de la República, ni al pueblo soberano de Guatemala sobre la delicada decisión que ha tomado a escondidas.
Los poderes Legislativo y Judicial y el propio Ministerio Público están obligados a pronunciarse, ya que su silencio, en estas penosas circunstancias, los hará cómplices de este despropósito monumental.
Por otra parte, el Inacif está obligado a evaluar la precaria salud mental de James Morales, ese pobre remedo de hombre que la fatalidad llevó a la Presidencia de la República.